jueves, febrero 22

MI CABO


Lo que le contaré hoy, es comprometedor y me da pena ajena, sobre todo sabiendo que la mayoría de mis lectores, crean un imaginario de lo que es mi país con lo que narro aquí, pero, varias veces he usado este medio para quejarme de manera pasiva ante sucesos que me tocan, esta vez también lo haré, solo quiero dejar claro, que no quiero cuestionar a las fuerzas militares de mi país, cuando por el contrario ando agradecido de ellas…

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El comandante de policía del pueblo lleva algo más de dos años por acá, mi relación con él es cordial y parca, cuando nos encontramos, nos saludábamos solo mencionando nuestros apellidos, yo le digo “mi Cabo LLLLLLL” y él me contesta, “señor BBBBBB”.

Sucede, que los ladrones le robaron a un familiar unas cabezas de ganado, y en la diligencia de informar el hecho, tuve la oportunidad de intercambiar algunas ideas y anécdotas con mi Cabo.

En ese contexto, grande fue mi sorpresa, cuando sin el menor resquemor me dice él, mas o menos así: - El problema de los ladrones se acaba, es matándolos, que él sabe de unos sospechosos del robo de ese ganado, y que le recomendaba a mi familia tomar justicia por nuestras propias manos, antes de que esos hijuep%#@& queden en libertad en un par de meses…, que le avisara para facilitar el asunto”.-

Quede frío…

Con lo que me dijo y en la situación en la que estaba, sabía que, más que nunca debía medir mis palabras y respuestas, para no generar mal entendidos o comprometerme sin querer con algo inicuo.

No se imagina el sigilo con el que tuve que enfrentar esa conversación… Solo le diré que nunca entre a justificarlo o contradecirlo.

Sin duda, varios matices de reflexión quedan: la no justicia, la impunidad, la ligereza argumentativa, el dolor de patria… Pero lo que me tiene sacudido, es el cómo se desencadena las cosas y cómo se encuba tan fácilmente las tragedias.

 

posted by rafico @ 12:25 p. m. Comentarios: 9


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