Ayer llegué a Tunja (ciudad que está a 2800 msnm), estaba por Girardot (ciudad que está a 300 msnm). Tengo aún el calorcito metido en el cuerpo y unas ganas de contarle cosas. Trataré ser breve.
En principio, tenia proyectado acompañar a un amigo que maneja un tractocamión y con quien tenemos un afecto mas que especial, estaba ilusionado, iba a conocer Buenaventura, el océano Pacífico y el mar, pero… “alcancía reemplazó manguera”, ni modos, no hubo viaje…
Resignado y desilusionado, me consolé diciéndome, “bueno…, en esta época mejor me pongo a ganar dinerito y no gastarlo”. Un primo instala pisos de madera y estaba acosado de trabajo, me convidó a que le ayudara, y lo hice, pero como no estaba acostumbrado, los brazos y las piernas se me amorataron del esfuerzo físico, al otro día (31 diciembre), no ponía ni caminar de lo adolorido que estaba.
En plenas festividades y vacaciones, me sentía opacado y triste, me dedique a ayudarle a mi tía en un asado que tenía organizado, precisamente, acompañándola en algunas compras, nos topamos en una tediosa fila con mis compadres, ellos salían ya para Girardot, a visitar a la familia y recibir allí el año nuevo, creo que me vieron tan maltratado y bajo de ánimo que cargaron conmigo.
Y así, sin planearlo pasé toda esta semana en Girardot… descansé del trajín diario, dormí sabroso, bailé, nadé, de “aquello”… también tuve, comí cosas que no conocía, me picaron los zancudos. Monté en un ferry llamado Florentino Ariza (como el protagonista de “el amor en los tiempos del cólera”). Leí un buen par de libros. Mientras caminaba por unas cascadas el teléfono se me calló a un pozo (por fortuna era de los baratos) hasta la otra semana compro otro (esperando que me llegue un dinerito)…
Fue una semana memorable, pero sabe, lo que más me gustó, fue ver la alegría y el civismo que sentí en los lugareños, como sabrá, Colombia padece de la lacra de la guerrilla, pero por unas políticas fuertes andan menguados estos facinerosos, y puedo decir que al unísono, estamos en un renacer, o mejor, en un descubrimiento de nosotros mismos, y no en un sentido semántico sino pragmático, fue un gusto sentir el positivismo por esta patria.
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Al llegar a casa, los deberes que no dan espera, y piden mi tiempo.
La cosecha de ciruela llegó más temprano de lo acostumbrado y el precio está por el suelo, las pérdidas son seguras. Me toca cobrar a los que me adeudan y pagar mis deudas, algo que no disfruto, pero como dicen, es mejor ponerse colorado un ratito y no pálido toda la vida. Tengo una entrevista el 15 de Enero, para un empleo muy bonito, luego le cuento. Otro primo se comprometió en un negocio que le quedó grande, por lo que estaré de mesero ayudándole. Ya saqué la cita para mi chequeo médico (por aquello de mi amnesia). Haré unos cuantos balances, compraré algo para mí e intentaré hacer un ahorro. Parece que en la alcaldía donde trabajo no es seguro que me renueven el contrato, me da pesar ello… ah! y las fiestas patronales de mi pueblo se acercan…, las cosas se amontonan, pero me siento con nuevos bríos para confrontarlas:
Hasta hoy siento el inicio de este nuevo año…. Tu, que estás al otro lado de la pantalla, gracias por estar, una de las cosas más bonitas que me ha sucedido, es haber encontrado este medio y con él, personas tan llenas de virtudes que comparten con sus palabras parte de su esencia, y a quienes he aprendido a conocer y querer.
A todos un gran abrazo.
posted by rafico @ 10:10 a. m. Comentarios: 3