martes, octubre 31

DESNUDEZ

Desde que tengo este Blog, he repetido que con él busco, hacer memoria y exorcizar taras.

Hay situaciones en las que el cuerpo de otra persona, sugiere curiosidad o morbo. Hoy quiero contarle algunas escenas que guardo en mi memoria y que quiero invocar, escenas que seguramente si no fuera por este canal, quedarían como un silencioso recuerdo más. Le pido perdón de antemano si mi narración le es cruda.


1. En los vestieres de saunas, gimnasios y piscinas, es común la desnudez, en ese contexto, recuerdo a un hombre gordo, muy gordo, lampiño y de piel blanca, sus pliegues cubrían sus genitales de manera curiosa, yo miraba el rostro de las otras personas y aunque sus miradas se enfocaban sutilmente al abdomen de aquel hombre, lo evadían de inmediato, porque no había nada que ver, si, era tal el despilfarro de piel que su sexo no se veía…., a mi me intrigaba como era su genital y me dije, -si los otros no se atreven yo sí-. Así que esperé disimulando mi ansiedad acicalándome, (creo que los que estaban en esa habitación también sentían igual curiosidad), el hombre gordo sospechaba, y sin más desparpajo, se sentó, apoyó su pie en la banca para secarlo, y cuando estaba en esa posición mis ojos y yo se llenaron de confusión, pues donde debía haber pelotas y un falo, había en su lugar un bulto azul, jamás lo entendí.

2. Sepa que por estas tierras la cantidad de enfermos y el poco personal médico es lo común en un hospital público, por ello a los visitantes muchas veces nos toca asistir como enfermeros, en ese contexto, una conocida mía ya de edad, sufrió un ataque y la remitieron a urgencias, allí la fui a visitarla una mañana, cuando llegué, la topé sola y angustiada porque pronto un médico la iba a examinar y le apenaba que un extraño la encontrara en mal aseo, recuerdo que ella me decía -Una debe tener garbo hasta pa’ orinar-, entonces movida por su pudor y pulcritud (eso creo), me pidió (casi como una orden) que le ayudara a asearse, yo de inmediato obedecí entendiendo su incomodidad, así que tomé una vasija con agua, un trapo limpio y según las instrucciones de su voz, bajo las sabanas palmo a palmo refresqué y aseé su cuerpo, limpie sus periferias en silencio. Con esa experiencia descubrí que nuestros cuerpos permanecen hermosos y tersos en la vejez…, he de ser sincero, muchas veces en mis noches solitarias, evoco esa situación y recuerdo para mi placer, aquel sitio de piel sutilmente alfombrada.

3. En cierta ocasión, me fui de parranda con unos vecinos a un bar de striptese, solo para saciar la sed de ver piel, allí, unas mujeres exuberantes, sin pudor, en un contoneo ardiente, no solo disimulan el ambiente lóbrego del lugar, sino que despertaban lo dormido de nuestra entrepierna…, en ese contexto, casi en el clímax de la señorita bailarina (y del mío propio…), entra al grill un hombre de raza negra como de dos metros de alto, se desnudó como correspondía al show que hacía, y cuando lo vi en su desnudez, recordé las palabras de Truman Capote en su libro “Música para camaleones” _ “ Su sexo … parecía el brazo de un niño sosteniendo una manzana”_, ese día créame, la realidad superó la ficción, su gigantesca verga me intimidó y desde ese día, me siento realmente pequeño.

4. Yo soy algo voyeur (quien no?) y recuerdo dos situaciones, primera, una vez, miré a través de una puerta entreabierta y vi como preparaban el cuerpo sin vida de una mujer, recuerdo su tez pálida y rigidez, pero lo que más me impresionó fue que medio cuerpo estaba lleno de barro, varias noches soñé como ella, no en pesadillas sino en sueños tiernos embadurnándome en ese barro… En otra ocasión espié a una pareja algo dispar haciendo el amor (no entraré en detalles), lo que me sorprendió fue el mutismo en que lo hacían, ni un beso, ni un gemido, ni una mirada compartida, mantenían una distancia el uno al otro, apenas si rozaban.

5. Otra más, esta me da un poquito de pena pero ya entrado en vergüenzas, que más da. Don Pedrito(*) es un amigo, él es campesino y el matarife del pueblo. (matarife = El carnicero, el que mata el ganado y lo fracciona en lonjas de carne), entre otras cosas me está enseñando a castrar ganado…, la particularidad que tiene, es que sus conversaciones siempre satelizan en el sexo, cada vez que tomamos con él, disfrutamos los cuentos y las historias que nos narra, durante mis clases no es la excepción, la última vez, entre cortes y risas, me contó de su vasectomía, y aprovechando su buen humor, quise asustarlo, diciéndole que había escuchado de un hombre que se había hecho la vasectomía y que las pelotas se le empezaron a hinchar de tanto esperma retenido, él convencido, me dijo que efectivamente tenía una molestia y que le dijera si era normal el tamaño de las suyas, sin pensarlo dos veces sacó sus pelotas al aire, y como la ley de Morphy existe, llegó en ese momento un ayudante de él, éste quedó inmóvil y solo dijo: - tranquilos que yo no cuento - , y Pedrito le dijo: -No sea bruto, no ve que le estoy enseñando a castrar-. Creo que el pobre ayudante quedó más confundido…, ahora cada vez que nos encontramos con Pedrito, en soterrada complacencia él me dice -Cuando me va decir si son del tamaño son-
(*) Nombre ficticio.
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Bueno, he desfogado algunas escenas libidinosas que recuerdo, las he contado con el ánimo de sentir que de todo se puede hablar en esta vida, y claro, lo hago haciendo provecho de mi anonimato, ello me agrada…, me permite escribir sin posturas, sin esperar algo, sin roles…, por ello me expreso no como un ángel sino como un vil mortal, que en sus tantos matices quiere instigarse.

Nuestros pudorosos cuerpos a veces dispuestos y a otras no, a ser observados y escudriñados…, cuantas veces habremos sido objeto de deseo sin saberlo...

No niego que siento cierta carga moral, por fantasear y buscar soterradamente la desnudez del otro…

Pero, sé y acato, que hay una premisa de respeto al otro para con su intimidad, sé también que hay límites y los respeto, sé que el compartir dos cuerpos bajo unas sábanas es algo excelso, pero qué pasa cuando uno topa la desnudez de otra persona, y digo topar, resaltando lo fortuito, es decir, qué tipo de juicio cabe cuando uno aprecia con morbo el cuerpo desnudo de otra persona, claro, sin agredir o acceder a su intimidad, solo ver y fantasear…

Al respecto, mi intriga saber si un medico fantasea con los cuerpos de sus pacientes, y si es así, recae en él algún tipo de juzgamiento ético?.

PD
Estaré ausente por unos cuantos días y no podré Bloggear como quisiera.

Un abrazo.

 

posted by rafico @ 11:23 a. m. Comentarios: 16


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