viernes, marzo 31
En una oportunidad, bailé alrededor de una hoguera y me sentí conectado por una especie de saber instintivo, en la espontaneidad de ese momento, atendí que cuando nos catalogamos, podamos parte de nuestra humanidad, desconocemos los matices que tenemos y que con nuestros prejuicios, nos castigamos y castigamos a otros. El hombre solo es un humano, el resto de calificativos sobran.
Pero el acto en sí, me enseño que lo irrisorio puede ser profundo, que hay gestos cotidianos que realizamos continuamente que pueden convertirse en puntos de partida para asombrarnos. En este sentido, quisiera destacar algunos actos, que hacemos ligeramente y que a veces los pasamos por alto, pero que sin duda, tímidamente los disfrutamos y porque no, tienen trascendencia. Comparto la siguiente lista para ver sino no han hecho esto alguna vez:
Llamarse a sí mismo,
perder algo y olvidar que lo perdió,
empujar una pared entre las manos,
caminar en la oscuridad,
imaginar que nos morimos,
seguir a alguien con la mirada desde una ventana,
observar el polvo en un rayo de sol,
ducharse con los ojos cerrados,
rayar una hoja haciendo muñequitos ininteligibles,
arrancarse un pelo,
abrazar un árbol,
escuchar el AM,
sonreír a un desconocido,
mirar como duerme alguien,
considerar la humanidad como un error,
descolgar el teléfono,
preguntarse quien soy yo,
ver el reflejo de una luz en el agua,
ver un paisaje como un lienzo,
mirar las estrellas sin reflexionar,
preguntarse “mañana a esta hora que estaré haciendo?”,
oler suciedad propia,
hacer caligrafía,
golpearse y provocar un dolor leve,
telefonear al azar,
leer en el baño,
hacer como un animal,
pulsar un tecleado con toda la palma de la mano,
saltar en un pie,
pensar en otros lugares del mundo,
empinarse para verse de mayor altura,
contemplar el cadáver de un animal,
contar hasta cien,
oler una planta,
reconocer un juguete de infancia,
esperar sin hacer nada,
intentar no pensar,
babear la almohada,
tocarse la espalda,
probarse ropa,
saber que estamos hablando,
saber que estamos leyendo,
llorar en el cine,
temer cuando uno se va a bajar del bus,
dormir boca abajo,
preguntar por algo aún sabiendo que no lo compraremos,
quitarle el sonido a la tele,
acostumbrarnos a algo molesto,
buscar un alimento azul,
trabajar un día de fiesta,
recuperar un recuerdo perdido,
ver como se arrugan nuestro deditos con el agua,
oír nuestra voz grabada,
despertar sin saber donde,
arreglar una habitación que no es la nuestra,
imaginarse cómo es el que está detrás de un disfraz,
dejar una decisión a cara/sello de una moneda,
bailar solo,
arrodillarse,
jugar con un niño,
quitarse el reloj,
limpiar después de una fiesta,
buscar una caricia,
leer bóvedas desconocidas en un cementerio,
reírse de una idea,
observar una llama de fuego,
hacerle gestos a un niño,
pensar en lo que piensan los demás,
aplaudir solo,
comer aun estando satisfecho,
escribir incoherencias. como por ejemplo.
TA
Tla
Tatino
Tatatuino
Timatotaro
Turquestumaru
Temarosutaro
ajazapala
estótuflo
tulu
Todas palabras tan bonitas
que no existían
y ahora ya no son inéditas.
posted by rafico @ 8:58 a. m.
lunes, marzo 27
Quiero hablar de esta plaza de mercado y lo que viví en ella, se que puede ser un tema muy local y para algunos muy técnico, pero como de lo que se trata es explorar y escribir sobre mis cosas, esta faceta es una de las me apasionan, además se que muchos se identificarán.
Este edificio fue construido en los años cuarenta, su diseño y construcción fue encargado al arquitecto Leopoldo Rother y su concepción está influenciada por el modernismo; es además, monumento arquitectónico de mi país.
Está ubicado cerca al río Magdalena en una ciudad (Girardot) cuya temperatura promedio es de 30 grados centígrados todo año, la ciudad es un nodo de conexión ente entre la capital y la zona sur-occidente de mi país, en sus cercanías se ubica además numerosos centros de recreo, tengo entendido que después de Miami, este sector cuenta con el mayor número de piscinas por metro cuadrado en América (este dato es para dar una idea del ambiente caluroso y festivo de la región).
El lugar donde se sitúa esta plaza de mercado, es un colage urbano, donde se conjugan una iglesia, hoteles, un centro de salud, prostíbulos, un terminal de buses, un puente, funerarias, vendedores ambulantes, un puerto fluvial, bodegas de repuestos para vehículos, entre otras más.
El edificio, consiste en una estructura en concreto, ligera, estilizada, sin muros de cierre, lo que permite que el ambiente en su interior siempre sea fresco e iluminado, aprovechando a su vez la brisa del río, cosa ventajosa con el sofocante calor exterior, su concepción esta dentro del modernismo, su planta es un gran cuadrado con cuatro grandes escaleras en cada uno de sus vértices
Su construcción giro entorno a la experimentación con el concreto, incluso su cubierta es en este material, tiene un sistema de columnas en “V”, que junto con el techo integra resistentes triángulos, además genialmente cuenta con una vigas transversas que actúan a compresión y en las que se apoya las galerías del segundo piso, no cuenta con ornamentos exteriores, el edificio es netamente austero.
Su forma escultórica, su estructura no tradicional, su diseño simple, bien distribuido y funcional, su majestoso tamaño, su legado histórico, su fácil mantenimiento, las panorámicas y su paisajismo, el permitir sentir el ambiente de puerto, fruterías, hierbas, artesanías, flores, bodegas, restaurantes en sus escaleras, balcones que dan a la calle, pescaderías, precios económicos, convergencia de gentes de distintos estratos, el menudeo y el regateo, los colores, las categorizaciones de los productos exhibidos, el barullo, el contacto personal, ... , en fin, todo ello, pero sobre todo, la línea entre arquitecto y el ingeniero no se nota, esta integrada la dicotomía entre estética y funcionalidad, ello es lo que me enamora de este lugar.
Para ser justos con la realidad, debo reconocer sus puntos negros, por ejemplo, el deterioro ambiental alrededor del edificio por el mal manejo de residuos, el cambio de uso de edificaciones cercanas, la ocultación de parte su fachada con casetas, la degradación social del sector, sótanos mal aprovechados, al congestión vehicular y peatonal…
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Pero, porqué mi interés por este edificio? Y porqué lo saco a colación?
Bueno, mi padre como negociante manejo un camión por un buen tiempo, en un recorrido que siempre fue el mismo (el aje cafetero – el Tolima grande y El piedemonte llanero), yo era niño y en vacaciones o días festivos, lo acompañaba en algunos de sus viajes, recuerdo como me contaba sobre las ciudades por las que pasábamos, sus mitos y sus gentes, me pintaba con palabras el camino.
Este lugar en particular a él le encantaba, por que de sus rutinarios viajes había hecho muchos amigos aquí, en ésta plaza de mercado, además, quedaba cerca todo.
Así cuando él me llevaba, al final del día departíamos con sus amigos dentro de esta plaza de mercado cerrada al público, mientras el conversaba yo jugaba con otros niños; no se imaginan el ambiente espectral que se sentía cuando este lugar estaba vació y como cambiaba, para volverse sugerente a fantasías y juegos, entre sus espectrales góndolas desocupadas, así que con los otros niños recreábamos nuestros sueños infantiles, con ficticias excursiones, montando columbios, escalando sus columnas, haciendo obras de teatro, bailando...
De ahí creo mi gusto por los edificios, saben, cuando conozco otros sitios, instigo por sus plaza, sus zonas de reunión, la funcionalidad de sus formas y me imagino que cuando todo el mundo se va y quedan solas, otros personas se apropian de estos lugares icono, para recrear en ellos otras actividades ajenas a su inicial función.
Ahora ya mas grandecito, recorro nuevamente este lugar, recordando los juegos que allí pasaron, pero ahora mi mirada se enfoca, en admirar su forma, su función y su historia.
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Posdata.
Solo para contextualizar, daré unos brochazos en los siguientes conceptos.
1. El movimiento moderno en arquitectura, propendía por edificios monumentales, maquinas para habitar, donde se utilizará de manera lógica los materiales de construcción, espacios interiores estrictamente funcionales, fachadas ligeras y libres para luz.
2. Las plazas de mercado en occidente puede evocarse a aquellos comerciantes griegos ubicados bajo de las columnas del Buleterio (sitio de reunión de políticos) y el Eclesiasterio (sitio de reuniones públicas), su carácter era de encuentro, intercambio social y de degustación, bajo los procesos históricos, estos sitios se convirtieron en patios cerrados al servicio urbano.
posted by rafico @ 11:54 a. m.
miércoles, marzo 22
Don Adán es un vecino de la vereda y su historia es esta:
Ambos campesinos, se conocieron desde niños, ella mayor y él menor, ella trigueña de ojos claros, y él, gordo y de rostro expresivo, ella se fue a la ciudad con su adolescencia y él, en el campo se quedo.
Él, vivió de la herencia de sus padres, en una casa que él mismo construyo, muy coqueto con las mujeres, su juventud pasó. Ella en cambio, después de unos años al campo con su madre retorno, acompañada de una hija cuyo padre jamás respondió.
En los caminos de este campo se reencontraron los dos, saludándose siempre, “Adiós Carmencita”, y ella, “Adiós Don”.
Él es Adán y quería a Carmenza como su mujer, un día sin saber porque, decidido y apurado Adán le dijo a Carmenza: “Mañana a escondidas nos casamos, Leonor su hija, será la paje que lleve los anillos, yo me encargo de todo, la fiesta la hacemos el día del bautizo de nuestro primer bebe y a su mamá le contamos cuando ya estemos casados”.
Ella incrédula no le contestó, pues de los antiguos desamores aprendió que las palabras y las promesas vuelan. Muy de madrugada Adán a ambas saco de la cama, Carmenza confundida, sumisa obedeció, se casaron a las seis de la mañana, el de corbata y ella de saco azul y pantalón.
Por prevención de Carmenza el bebe no llegaba, aunque él insistente lo pedía, ella le explico que a una niña sola había criado y que no quería estar nuevamente sola con un niño más, además, desconfiaba que en verdad estuvieran casados.
Don Adán entonces, pago una misa por los muertos de ella, arreglo la casa de su suegra, registro a Leonor como hija suya, rebautizándola Leonor Susana, rodeo su casa con jardín de flores para que Carmenza se deleitara con ellas y desde ese día, todos los días, inventaba un beso en las mañanas para ella.
Un día, pidió a Carmenza que hiciera un gran almuerzo y convoco en su casa a todas las mujeres de la vereda, algunas con sus hijos, otras con sus maridos y otras solas; cuando las tuvo a todas sentadas y después de comer, se levanto y les dijo: “Carmenza es mi única mujer, si alguna vez tuve algo con alguna de ustedes, hoy, no se compara con lo que siento yo por ella”.
Así llego el bebe y se llamó Romeo (el de la foto).
Paso el tiempo y un buen día sin que su esposa supiera, Adán compro un billete de lotería, se lo gano, reclamó el premio, pero cuando salía de reclamar el dinero, alguien lo robo. Tanta pena y desazón le dio, que Adán a su casa no volvió y Carmenza por varios meses, de Leonor y Romeo, sola se ocupó.
Después de dichos meses, Adán retorno pero distinto, adelgazó al extremo, de pena moral se postró cataléptico al silencio y a Carmenza no volvió a tocar. Carmenza al principio no supo porque era la pena de su esposo, pero asumió decidida sus nuevos compromisos, Adán, la finca, la casa, los niños y su madre, ahora, ella era quien inventaba un beso cada día y sabia que tenía que rescatar de la ausencia a su esposo, así que no lo dejo solo y para ello se compró una silla, en la que sentó a Adán, le acondicionó con cobijas y almohadas y lo llevaba a todo lugar donde ella estuviera, incluso cuando hacía mercado o vendía sus animales.
Pero peso más sus obligaciones y Carmenza decidió vender la finca donde vivían, muchos hombres concurrieron, más por su condición vulnerable para ser cortejada, que por la finca.
Sin embargo, Doña Lucrecia una mujer delgada, de ojos y cabello oscuro, risa fuerte y antigua novia de Adán, visito a Carmenza y le dijo:
“Adán de muy joven dijo que me amaba, yo fui su primer amor, y mientras usted no estaba, ambos en nuestra juventud soportamos una tragedia común, que termino en una tímida promesa entre los dos, por ello lo sigo amando y ahora en su situación, le hago esta propuesta: quédese con su finca, le compro su marido, con silla y todo”.
Carmenza le pidió que viniera al otro día por una respuesta.
Lucrecia volvió y Carmenza le dijo: “Adán no dice nada y sospecho que su silencio es por mi, no me extraña lo que me ha dicho, pues conozco el carácter de Adán, pero no es de mi decidir, cuando no sé lo que él piense, pero tampoco quiero anteponerme a una voluntad prometida, así que si usted desea, ayúdeme a cuidar a Adán”.
Entonces juntas, Doña Lucrecia y Carmenza se ocuparon del ausente Adán, de Romeo y de Leonor, ambas se entendieron en las tareas cotidianas de la finca y su cofradía se unió más, cuando murió la madre de Carmenza. Mientras Doña Lucrecia estaba, se sabía que Adán aún no hablaba.
Los años pasaron y hoy en día, Romeo es padre soltero y vive con su hijo Tomás en la casa de la abuela. Carmenza la esposa de Adán se marchó con otra mujer, Leonor y Doña Lucrecia, son ahora pareja y juntas se ocupan del ausente Don Adán y de las rutinas de la finca.
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El amor es sencillo, se ensalza en las desgracias, muta y se transforma, a veces no es suficiente y en otras, no controlamos los caminos que toma.
Además, las relaciones humanas son complejas y las personas también, aquel que está a tu lado de seguro no sabrás, en que condiciones te relacionarás con él en el futuro.
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Posdata.
Este relato no es ficción.
Con Leonor nos conocemos desde niños, con ella compartimos gustos y solo con su autorización publico los detalles de esta historia y la foto, los diálogos son trascripción de su memoria.
Su intención es romper una cadena de silencio que la cobija y yo le propuse este espacio.
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posted by rafico @ 5:49 p. m.
lunes, marzo 20
Vivo un reencantamiento, mi intención es ser sincero y muy personal con lo escribo aquí, es la primera vez que hago este ejercicio y quiero explorar, por ello pido excusas de ante mano, por el estilo en mi redacción y por escribir en primera persona, reconozco que esto es molesto a veces. Espero mi desprevenido lector, no desalentarlo.
Además de contar cosas que me pasan, en próximos posts, contaré historias de otras personas que me son cercanas, para contextualizar como llego a estas historias, me describiré un poco. Soy Bogotano, muy citadino y mis raíces están en el campo; hace un tiempo, participé en un inventario para el municipio de mi terruño, que trataba sobre la tipología de la vivienda campesina, las circunstancias hicieron que mi estadía se prolongara por un par de años en este pueblito frutícola de Boyacá (clima frío, montañas tapizadas por varios colores de verde, ciruela, freijoa, duraznos, peras, manzanas, en fin).
Combiné mi estadía, con la agricultura, pequeños proyectos civiles, leyendo mucho y tomando clases de arte. Mi inexperiencia y torpeza en los trabajos agrícolas, despertaba burla y hasta compasión entre los campesinos del lugar, esa circunstancia junto con mi actitud afable y bonachona, ayudo a entablar amistades abiertas y hasta curiosas. Desde entonces, ese contraste rural - urbano, ha actuado en mi como una pulsión, dándome una nueva perspectiva, desencadenando a su vez en mi, una nueva sensibilidad, como humano, como ciudadano y como hombre.
Hace poco descubrí este canal de Blogs y ha sido el espacio perfecto para reconocerme y para contrastar mis prejuicios, pero sobre para contar mis cosas.
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Sin duda, el hecho de contar aspectos personales y mostrar mi sensibilidad, es comprometedor, temo realmente lo vulnerable que uno pueda ser, al dar demasiados datos sobre sí mismo.
posted by rafico @ 3:12 p. m.
jueves, marzo 16
Una tarde nos dispusimos a hablar sobre la identidad latinoamericana y salio como tema, el aporte indígena al idioma español y la sonoridad de sus palabras.
En esta esquina del mundo, donde se mezcló, Amerindios, Africanos, Antillanos, Árabes, Gitanos y Europeos, se fundaron ciudades y éstas se bautizaron con una sonoridad que cautiva. Aquí algunos nombres de ciudades y pueblos colombianos, que suenan bonito.
La Jagua de Ibirico, Barrancabermeja, Amanavén, Tibaná, Corozal, Sabaneta, Majagual, Lorica, Mompox, Baranoa, Coveñas, Aracataca, Taganga, Caracolí, Tibú, Barú, Tolú, Cocosolo, Labransagrande, Manaure, Ipapure, Iza, Mongua, Valledupar, Chiriguaná, Chiquinquirá, Sahagún, Cerete, Acandí, Necoclí, Basurto, Siloe, Carmen de Viboral, Capurganá, Teorama, Ocaña, Sardinata, Chinácota, Durania, Cúpica, Mapiripán, Tamalamenque, Amalfi, Yarumal, Nutibara, Yolombó, Guatapé, Girardota, Sopretán, Dabeiba, Itagüi, Cimitarra, Landázuri, Boavita, Capitanejo, Corocoro, Zapatoca, Barichara, Lebrija, Nuquí, Istmina, Filadelfia, Aranzazu, Fredonia, Marquetalia, Mariquita, Samaná, Tocaima, Nemocón, Sesquilé, Sutatausa, Muzo, Otanche, Turmequé, Ráquira, Tinjacá, Samacá, Cucaita, Rámiriquí, Jenesano, Nobsa, Tonolí, Anzuátegui, Bonofont, Tópoga, Támara, Tauramena, Pore, Maní, Pajarito, Managuara, Orocué, Sabanalarga, Barranca de Upía, Vorágine, Manzanares, Somondoco, Ubala, Quetame, Fómeque, Guatavita, Junín, Bosa, Sibaté, Coello, Sasaima, Icononzo, Lérida, Cunday, Flandes, Tebaida, Circasia, Salento, Chinchiná, Ambalema, Dipurdú, Roldadillo, Zarzal, Calima, Quimbaya, Baudó, Togoroma, Micay, Sonsón, Jamundí, Caroto, Gorgona, Natagaima, Chaparral, Alpujarra, Chafurray, Tama, Ragonbalía, Pajure, Naipo, Caguan, Algeciras, Iquira, Nátaga, Tesalia, Tarqui, Hobo, Toez, Mondomo, Jalima, Dinde, Piendamó, Coconuco, Lame, Avirama, Guapi, Mechengue, Iscuandé, Sanquianga, Tumaco, Barbacoas, Tambo, Samaniego, Sadoná, Buesaco, Pupiales, Monopamba, Almaguer, Pitalito, Yunguillo, Teteyé, Mocoa, Orito, Acandí, Yuroyaco, Doncello, Suaza, Belén de los Andaquíes, Petocasaragua, Casacunte, Curiplaya, Sachene, Palmichal, Tamanare, Lindosa, Yuruparí, Mitú, Enambú, Cararú, Monclar, Momatoy, Alburquerque, Araracuara, Amacayacu, Manduca, Napo, Piapoco, Cajarauli, Juriepe, Cariporo, Sucuaro, Arebe, Conuco, Yavico, Caranacoa, Patuco, Macondo…
Bonus
Aquí otros pueblos de Venezuela y Panamá, que también suenan muy bonito.
Fernando de Atabopo, Paraguaipoa, Siñamaica, Manuelete, Irapa, Borota, Orope, Lobatera, Táriba, Teteo, Coronadeña, Trinidad de Orichuna, Guachapana, Casiquiare, Yapacaná, Sipapo, Cunaviche, Elorza, Bruzua, Guananto, San Antonio de Caparo, Acarigua, Motatán, Timotes, Mene de Mauroa, Bobures, Yaritagua, Maiquetía, Cumarebo, Capatárida, Siquesique, Carora, Jiraquito, Cúa, Cruz de Topocual, Tacarigua…
Pinogana, Pucro, Boca de cupe, Arusa, Ipeliza, Cituro, Camagantí, Jungururo, Penonomé, Permé…
La lista sigue y sigue, solo que no quiero extenderme más, pero debo decir que nuestra América está llena de nombres hermosamente sonoros y detrás de cada uno fulgentes historias.
posted by rafico @ 10:02 a. m.
domingo, marzo 12
Un día presencie una escena cruel y con la opresión del momento, me dispuse a escribir sobre ello:
La realidad dilapida los momentos contemplativos de un hombre.
Perdía mi mirada en un gentío detrás de un cristal, y meditaba, cómo este ombligo de mundo, es cosmos, jungla y hormiguero fundidos, cómo vecinos y fulanos, amamantan bonitas formas con solo ser, e ignotos todosbajo esa junta, emerge en bretones, la cimera humana moteada con idiosincrasia única.
En ondas, trastos bufan.
Siderurgias adoquinadas, cardinales fábricas, Orinoco de calles y busetas en dársenas, arman el leso lienzo, dosel del domo que cobija a este downtown, y detrás como atril, un armazón de fúlgidas historias.
Enfrente, un atasco apiña y conspira, al fondo, en falcónido tono alguien gimotea.
Cual onerosas canoas, libélulas de motos sus cantaros amarran,y con el zumbo intencionado de sus chóferes, captan el atisbo de los inertes.
Entre baladros y silbidos, el cuerpo de ese hombre titubea,tumba el taburete tarugo de su sostén, el andén navaja de su afán lo ennecia,sigue, y estropea al de la túnica azul con su hoz, por fin ya inhibido, orático se marcha.
Nata de cabezas, respeten la vulnerabilidad de aquel que en la acera está.
En ritual esquivo, los inicuos testigos que avivaron la tragedia, ante el exceso del suceso eclosionan,el carcajeo de sus tacones resonantes en el cascajo desatado por la estampida, los embelesa,ya reposados en una esquina, jaranas y palabras, sus gargantas expelan como espuelas, el aullar de la sirena, un par de apáticos y un inerme boca abajo, es todo lo que queda.
Ciudad, imaginario constreñido por situaciones desbordadas,
donde no son ríos sus arterias, sino límites de miasmas,
los mantos vidriosos de autos, cuartos y habitáculos,
es tibia frontera que acoraza contra los bruscos ecos y la vibra callejera,
adentro, la censura solo susurra encumbrada,
afuera, la realidad lozana pulula y abofetea,
cómplice por inercia, arropado como anónimo entre las gradas de este teatro de escenas,
evado, olvido y reoriento memo mi mirada.
A hoy, no sé lo que sucedió con aquel hombre.
Villavicencio enero 2004
PD
Esta es la primera entrada de este Blog, quise comenzar con esta historia, porque recuerdo de manera precisa aquel hombre de camisa azul.
Una realidad es la que concluimos con nuestra elucubración intelectual y otra realidad es, cuando ésta la sentimos en la piel.
posted by rafico @ 3:51 p. m.