lunes, octubre 15

ES MEJOR SEIS QUE CUATRO

Hace algo más de tres meses asistí a un funeral aquí en mi pueblo, en el que pasaron cosas que creo son sugerentes para ser narradas. No habia escrito esto antes, porque tenía la cabeza en otras cosas...

Como dice una tía, “Cuando se habla de los muertos, se habla del cuerpo, más no del alma”.

Un vecino del pueblo con una enfermedad penosa se suicidó (jalando el gatillo con un dedo del píe), su vida estuvo llena de “ilegitimidad” dejó odios, deudas y silencios, pocos asistimos a su sepelio.

Durante la misa, el sacerdote dirigió su sermón convidando a la comunidad, a no hostigar a la viuda, ni culparla de lo sucedido, fue extraño escuchar cómo el religioso era reiterativo en ello, creo que hasta sentí pena ajena de tanto que insistió.


Por estas tierras, el sacerdote cobra por acompañar el funeral, desde la puerta de la iglesia hasta el cementerio y cobra un poco más, si es cantada dicha procesión; para el funeral pagaron la cantada hasta el cementerio, y así fue que a paso lento se hizo dicho recorrido, durante éste, repetíamos un mismo canto y letanía, que hasta se me grabó... decía más o menos:

Pax domini agnus
Colectas orate fratres
Kyrie eleison ora pro nobis
Regina sine labe originali concepta
Agnus dei qui tollis peccata mundi
parce nobis dómine…

Yo no entendía lo que repetíamos, pero eso si, hacía hincapié en la palabra pecatta... Y así, mIentras unos orábamos y nos turnábamos para cargar el ataúd (que por cierto estaba muy pesado) otros en cambio acompañaban el funeral solo con ánimo de hacer visita, unos cuantos hablaban sobre las payasadas de Chávez, (amigos venezolanos sepan que el tema es muy recurrente por acá), otros hablaban del nuevo compresor que había comprado la alcaldía... en fin, pocos eran los dolientes, tanto así, que cuando pasamos por el frente de una tienda que queda en el trayecto que hacíamos, aunque no lo crean, casi la mitad de los que íbamos se quedó en dicha tienda a tomar cerveza... era confuso, mientras sonaba esa canción de Héctor Lavoe “Yo soy el cantante y les vengo a cantar...”, otros (entre de los que me cuento) rezábamos las letanías.

Ya en el cementerio, y cuando estaba descendiendo el ataúd a la tumba, el encargado de manipular la polea dice: “despacito bájenlo a plomo”, el muchacho se refería a bajar el ataúd nivelado (por estas tierras “echar plomo” significa disparar), entonces el sacerdote, de un grito le dice: “Irrespetuoso diga bájenlo a nivel...”, fue tan cómico y por demás inapropiado el comentario, que varios soltamos una tímida carcajada.



Varias cosas pasaron por mi mente durante ese funeral... Recordé a Juan Rulfo quien decía que buscaba los nombres de sus personajes en los cementerios porque según él los nombres se gastan... Me propuse Ampliar el Mausoleo de mi Familia, porque somos bastantes... Mientras cantaba las letanías me decía a mi mismo, esto lo tengo que escribir en mi blog...la foto corresponde al caminito al cementerio de mi pueblo... Finalmente un consejo, y la razón del título de este post: Que el ataúd donde vaya a reposar su cuerpo, tenga seis y no cuatro manijas, para que quienes lo carguen no digan después: Que le pesa a uno más la conciencia que los huesos.


 

posted by rafico @ 2:14 p. m. Comentarios: 7


Volver - Carlos Gardel