Hace poco, en una remodelación de la iglesia de Turmequé, descubrieron pinturas en sus paredes que datan de 1590. Aquí alguna de ellas.
Lo que me llamó la atención es uso de imágenes de diablos en un templo, me imagino a un antepasado indígena mirando esas escenas y creando sus imaginarios.
Tambiién me gusta venir a Turmequé por sus almojábanas.
LA RUANA es muy preciada especialmente cuando uno madruga, pero pasadas las 11 de mañana, el calor se siente y la ruana se echa al hombro.
En Colombia, la mayor parte de las carreteras rurales no están pavimentadas, la neblina de la mañana humedece el CASCAJO y es característico escuchar el carcajeado taconeo de los zapatos sobre éste.
Mis vecinos aquí en la foto, lleva uno un SOMBRERO Barbisio (sombrero típico de la región andina hecho con pelo de conejo, herencia de inmigrantes italianos) y el otro un sombrero vueltiado típico de la región Caribe
* Hoy ya no siento el peso en mi alma por la amnesia, y este blog era una ventana para dejar salir las ideas encadenadas.
*El facebook absorbió el tiempo que le dedicaba a postear, debo reconocer que es una buena herramienta para tener en un solo sitio amigos, trabajo, expresar ideas y mostrar imágenes, además me ayudo a reconstruir momentos perdidos en mi memoria.
Pienso mucho en quienes conocí por este medio, jamás pensé ser abierto con personas tan especiales y maravillosas, gracias muchas gracias, tienen en un amigo más (y si desean no tan virtual).
Algunas cosas que he hecho a lo largo de este año:
*Me enteré que murió mi padre durante el periodo de mi amnesia más fuerte…, muy duro..., porque mi medio hermano nunca me dijo ello, por envidia y dinero. Busque su tumba por casi un mes y ahora estoy en el duelo y buscando información de cómo murió.
*Tome un curso de Inglés, un curso de masaje, un curso de joyería, un curso de contabilidad, unos talleres de urbanismo… El de masaje fue el que más me gustó, jamás había visto tantos senos tan lindos en mi vida, entre otras cosas.
*Desde hace seis meses estoy nadando tres veces por semana, aunque hace un mes lo suspendí porque me dio Otitis.
*Compre un campero TROPPER rojo, me ha pedido varios repuestos, pero lo he disfrutado.
*Retome mi carrera de Ingeniería civil y tengo un trabajo en diseño estructural, estoy juicioso con ello.
*La finca está descuidada y mi socio no está tan a gusto con mi compromiso con ésta… en las fotos ven arbolitos y algunos cultivos de por acá.
*He cambiado tres veces de residencia, por ladrones, por terco y por economizar… en la foto ven donde duermo (desorden y orden), el cubre-lecho me regaló mamá.
Ella tan pronto se enteró de mi amnesia, me contacto y nos pusimos cita en una biblioteca, hacia ochos años que no nos veíamos.
Esta es la biblioteca donde nos encontramos.
Pero nuestro reencuentro fue algo difícil; el recuerdo que tenía de ella era muy vago, sabía que habíamos tomado clases juntos y que compartíamos un gusto por el urbanismo, pero retenía poco de su apariencia.
Llegué a la hora acordada y divagué un rato por entre los estantes, matando el tiempo antes de que ella llegará, pero había en la biblioteca un barullo etéreo que incomodaba, y que era poco común en el ambiente sacro que debe haber en dicho lugar, sin embargo, no le di trascendencia y continúe hojeando entre los estantes; de pronto me pregunté, porqué habría dado por sentado que sería ella la que me reconocería? Y qué si es ella la que está esperando a que yo la reconozca?, sentí angustia de perder la oportunidad de verla, decidí entonces hacerme en la mesa más cercana a la entrada y escribí grande su nombre para que pudiera leerlo y así podernos reconocer.
Debo reconocer que fueron vergonzosos esos instantes, pues hacía contacto visual con cuanta mujer entraba o salía, el tiempo pasaba, seguía el incomodo ruido y nada que llegaba ella.
Me vino luego un presentimiento, me levanté y caminé para rastrear la fuente del dichoso ruido… Pues si señores, el metálico chillido, era de mi amiga, quien en su hermoso abrigo, llevaba unas llaves que sacudía cual cencerro, y como si fuera una pastora llamaba en susurros mi nombre, me dio compasión verla por toda la sala de lectura, de mesa en mesa, agitando su llavero y ver cómo los lectores la miraban a regañadientes… Me acerqué le toque el hombro y un abrazo automático surgió.
Coincidió que ella tenía programada una cirugía para su crónico astigmatismo y debía andar sin sus lentes por dos semanas, además, la pobre buscaba entre la penumbra de sus ojos a alguien que no recordaba su rostro, ahh y para completar la escena, en el edificio había una conferencia a la que asistía una personalidad, por lo que los teléfonos celulares estaban bloqueados.
Reímos a nuestro gusto, tanto, que nos sacaron de la sala, para alivio de los disgustados usuarios.
Fue un gran encuentro.
(Algunas fotos son propias otras ella me las presto)